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Solemos recordar nuestra infancia con un velo de nostálgica inocencia, donde el mundo entero cabía en un árbol de javilla o en una casa de muñecas. Pero también, si nos esforzamos, podremos revivir en nuestra memoria un momento clave que nos acercó (quizás sin la debida preparación) a una conciencia adulta que muchos no sabíamos que existía. Fue el día en que supimos que somos seres sexuales.
Soy de una generación que tuvo muchas dificultades para comprender la sexualidad de forma correcta. Los colegios, en especial los religiosos, se resistían a asumir la educación sexual y para muchos padres y madres, hablar de sexo con sus hijos era, por decir lo menos, algo embarazoso (oops, perdón por la referencia). Muchos de los muchachos y muchachas de los 70’s y 80’s crecimos con poca o ninguna información de calidad sobre sexualidad y lo que es peor, nuestros padres no estaban capacitados para orientarnos.
El primer encuentro consciente con la sexualidad humana es una experiencia única para cada persona; sin embargo, a pesar de la diversidad, hay un factor común en todas las experiencias: a casi todos nosotros ese evento le provocó muchas preguntas. De repente, la pelvis guardaba secretos que nos asomábamos a descubrir. ¿Cómo hacerlo? Desde niños aprendimos a tocarnos, pero como muchos crecimos desprovistos de información puntual sobre el funcionamiento de nuestros órganos sexuales, llegó un momento en el que necesitábamos respuestas urgentemente. ¿Recuerdan esa sensación?
Hoy somos nosotros los padres y una nueva generación viene subiendo. Nuestros hijos e hijas no son distintos a quienes fuimos nosotros; tendrán también su primer “asombro pélvico” y necesitarán respuestas a sus preguntas si aspiramos que sean hombres y mujeres responsables de su sexualidad. Lo ideal es que mucho antes de ellos hacer preguntas tengan ya las respuestas, provistas por nosotros.
La preparación es la mejor estrategia
1. Desde bebés. Todos los expertos coinciden en que la mejor edad para empezar a hablar de sexo con nuestros hijos es cuando ellos aún no entienden nuestras palabras. La naturaleza de un bebé es explorar el mundo a su alrededor, y siempre va a comenzar por su propio cuerpo. Es desde entonces que debemos empezar a hablar de los genitales con su nombre (jamás use “apodos”, eso solamente creará problemas).
2. Naturalidad. La mejor manera de hacer que el sexo no se convierta en un tabú para los pequeños es hablando de ello con la misma naturalidad que se habla de comida y de juegos. ¿Por qué? ¡Porque el sexo es algo natural! No es distinto a la alimentación o el deporte, así que debemos introducir la educación sexual como parte de las enseñanzas del hogar. Recuerde que el colegio es un refuerzo de los valores morales y conductuales que sus niños deben recibir en casa. Si delega en el sistema educativo el 100% de la educación sexual de sus hijos e hijas, está condenándolos a recibir una información incompleta. La educación sexual empieza en casa, con usted. No evada esta responsabilidad.
3. Adaptación. Por supuesto, toda etapa de la vida de nuestros hijos amerita un diálogo distinto que debemos ir adaptando del mismo modo que ajustamos su aprendizaje y su disciplina a medida que van creciendo. Para tener una idea de qué pasa en cada etapa, consulte la tabla “Conciencia sexual” de la doctora Arisleydi Sánchez Guzmán.
4. Creando confianza. Nuestros retoños miran continuamente hacia nosotros como primeros referentes de conducta y fuentes de información. Cuando ellos tienen la seguridad de que pueden conversar con nosotros de sus inquietudes, esto debe incluir los temas sexuales. Desde tempranísima edad van a tener curiosidad por saber cómo funcionan sus cuerpos y por qué hay diferencias entre chicos y chicas. Cree la confianza de que le pregunten, y estará bien encaminado.
Llenando lagunas
Muchos de nosotros tuvimos una terrible carencia de guías sobre sexualidad debido a la poca información que manejaron nuestros padres y educadores. Si hoy día usted evalúa su caso y reconoce que sus propios hijos e hijas han estado carentes de su orientación, sepa que no todo está perdido.
Preste atención a los cambios de hábitos de sus hijos, fíjese si evaden hablar con usted sobre amoríos o amigos/as del sexo opuesto. Si los nota recelosos de abordar esos temas, sin dudas la temática sexual estará vedada a priori. Necesitará introducirse con mucho tacto para no dañar el vínculo de la confianza.
Evite confrontar a sus hijos e hijas, sobre todo con tono de reprobación o castigo. En caso de adolescentes, es muy importante que se maneje con muchísimo cuidado, ya que si ellos se sienten acorralados o vigilados, se encerrarán aún más. La mejor de las ideas es usarse usted mismo como ejemplo. En vez de decirle a un hijo “No tengas relaciones sexuales porque eso te puede hacer daño” procure ponerse en su lugar y decir algo como “Cuando yo tenía tu edad también sentía deseos de empezar a tener relaciones, pero entendí que mi prioridad era estudiar y empezar a trabajar para poder afrontar por mí mismo la sexualidad con responsabilidad”.
Otro punto de vital importancia es que usted se informe. Yo insisto siempre en esto: Usted no podrá entender el mundo de sus hijos e hijas a menos que esté al tanto de sus gustos y preferencias. Interésese por saber cuáles son sus artistas favoritos, cuáles son las series de televisión que prefieren, de qué cosas hablan cuando se juntan fuera de clases. No es que se vuelva un espía (un grave error de muchos padres y madres) sino que genuinamente se involucre en lo que hacen. Esto le permitirá encontrar ocasiones para tocar el tema de la sexualidad sin hacerles un interrogatorio.
No pierda de vista que estamos criando “hijos de Internet”. La red ofrece una infinidad de servicios que le darán información a sus hijos e hijas, y puede apostar que lo que recibirán por esas vías no es lo más adecuado ni apropiado.
¿Qué hacer si un hijo le aborda con una pregunta sobre sexo?
Lo primero es no escandalizarse. Esta es una oportunidad de oro para usted establecerse como referencia sobre el tema en la mente del menor. Asuma la pregunta con naturalidad y ofrezca una respuesta equilibrada, construida sobre la honestidad, la precisión y la responsabilidad personal. De nuevo, ¡no se escandalice!
Lo ideal es que usted esté suficientemente informado para poder responder cualquier pregunta a quemarropa, pero si la situación lo atrapa desprevenido, es mejor no dar una respuesta inmediata y dejar abierto un compás de tiempo en el que usted se comprometerá a resolver el cuestionamiento del menor, siempre manejando el tema con naturalidad y sin alteraciones anímicas.
Es sumamente importante que nuestros hijos e hijas se sientan en confianza suficiente para hablar con usted, ya sea un niño que aprende a llamar a los genitales por su nombre, un pre púber que desea saber cómo nacen los bebés, o un adolescente curioso acerca de lo que se siente al besar a alguien del sexo contrario.
Conciencia Sexual
Esta excelente guía de conciencia sexual por edad es de la autoría de la Doctora Arisleydi Sánchez Guzmán, Psicóloga Clínica Infanto Juvenil del Centro Vida y Familia.
Todas las edades van a requerir alguna información sobre sexualidad. El sexo o acto sexual es sólo una parte de ella.
1. Del nacimiento a los 2 años se interesan por explorar las partes del cuerpo (incluyendo los genitales), experimentar placer genital, aceptar como positivo o negativo su propio cuerpo y aprender algunas conductas de niños o niñas.
2. De los 3 a los 6 años saben con certeza que sexo son, tiene curiosidad por el sexo contrario y quieren verlo, hacen preguntas sobre su origen, observan e imitan las conductas sexuales de los adultos y realizan juegos sexuales de roles.
3. De los 6 a los 8 años seguir con los juegos sexuales, añadir las caricias personales, curiosidad por el embarazo y nacimiento, interés en desarrollar relaciones de amistad con el propio sexo y tener una orientación sexual básica.
4. De los 9 a los 12 años inicia la pubertad, búsqueda de la privacidad, enamoramiento, masturbación, apego a los amigos del propio sexo, tener fantasías sexuales, idea clara de su identidad sexual y de la masculinidad o feminidad.
5. En la adolescencia se debe tomar en cuenta los cambios físicos y madurativos, crisis de identidad sexual, curiosidad y fantasías sexuales, masturbación, establecimiento de nuevas relaciones con personas del sexo opuesto.
Hola a todos:
Respecto a la pregunta de cómo explicar este tema a los niños, os diré que hace poco decidí crear un cuento que diera una respuesta clara, aunque disfrazando la realidad, para que la explicación fuese muy amena. El autor del texto y yo, hemos decidido publicarlo a través de la web para que pueda llegar a mucha gente.
“Café Ovario” (una explicación sencilla para los más pequeños), es un cuento que ayuda a los padres a responder, desde un punto de vista lúdico y didáctico, a la inevitable pregunta de los más pequeños: “Mamá, papá, ¿De dónde vienen los niños?”.
Con un especial sentido del humor, las ovulillas Redonda y Oronda, que esperan en el Café Ovario tomando refrescos, elegirán a sus apuestos pretendientes para fundirse en un abrazo cuyo fruto serán los dos mellizos protagonistas de la historia, Sol y Luna.
Un cuento bellamente ilustrado que hará disfrutar a los más pequeños de un simpático viaje al origen de la vida, descubriendo así las distintas etapas desde la fecundación hasta la infancia, pasando por la gestación y el nacimiento.
Página FACEBOOK (no olvides pulsar “Me gusta”):
https://www.facebook.com/pages/Caf%C3%A9-Ovario-cuento-infantil-para-explicar-el-origen-de-la-vida/276708219064460
El blog de Café Ovario, donde podéis ver un resumen y si alguien quiere comprarlo, desde allí podrá hacerlo:
http://cafeovario.blogspot.com
Ojalá os ayude a responder a una pregunta inevitable de la infancia, que a veces no tenemos muy claro cómo afrontar.
Espero que os guste….
Un saludo!!!
Mónica 🙂