Hoy día, basta que a Cheddy “se le salga” una teta o que Euric diga otro disparate para “hacerse viral”. Pero décadas atrás, el mundo dependía de los noticieros en la TV y la radio para enterarse de los acontecimientos de actualidad. Los diarios impresos narraban sin prisa los eventos, a sabiendas de que eran los únicos portadores de la información in extenso.

Como ya los viejos somos menos, vale pedir a los jóvenes que se imaginen, aunque les parezca increíble, que la gente vivía sin computadoras ni teléfonos móviles, no tenían redes sociales y ni siquiera había correo electrónico. En esos años prehistóricos era realmente asombroso y difícil que una noticia se volviera “viral”. La teta de Cheddy o los disparates de Euric jamás habrían pasado de ser minucias de las que solo se enterarían tres gatos (ah, qué época tan chula esa, ¿verdad?).

Con todo, en 1991 fui testigo de la que en mi registro fue la primera noticia viral que conocí. En las páginas del Listín Diario y El Siglo, en algún noticiero y creo que hasta en la Revista GeoMundo, leí repetidas veces esa primavera que el 11 de julio sucedería “el Eclipse del Siglo”. Por supuesto, yo ya sabía qué era y por qué sucedían los eclipses de luna y de sol, pero nunca me había enterado de que uno pasaría cerca de mi país.

Cayó jueves ese 11 de julio, y el eclipse empezó como parcial poco después de las 3 de la tarde. Yo trabajaba en la Fundación Cultural Dominicana, que operaba al lado de un taller donde habían máquinas de soldadura. Era amigo de algunos operarios y esa tarde les pedí que me prestaran una de las caretas de soldar.

—Pero tú no sabes soldar– dijo uno de ellos, extrañado.

—Es para ver el Sol– dije, y el pana quedó aún más extrañado.

Y así, armado con una endeble y nada segura careta de soldador me detuve en medio del patio y miré por primera vez a la Luna ocultando (parcialmente) al Sol. Varios obreros de la empresa tomaron turnos para ver la rareza. “Parece un pan mordío” dijo uno de ellos y yo sonreí. No creo que ninguno haya entendido mucho lo que pasaba, y francamente pienso que tampoco supe explicarlo bien.

Eclipse 1991-07-11, Punto de máxima ocultación desde Santo Domingo.

Y aunque en la República Dominicana este eclipse apenas tuvo un puñado de interesados y varios soldadores, en México y América Central, la historia fue muy diferente.

El eclipse de las capitales

El Gran Eclipse del Siglo XX no fue el más duradero (de hecho, hubo tres más largos), pero sí fue el más espectacular en su recorrido, pasando sobre cinco capitales de América: Ciudad de México, Ciudad de Guatemala, San Salvador (El Salvador), Managua (Nicaragua) y San José (Costa Rica), así como Big Island (Hawái), Guadalajara y Querétaro (México) y Cali (Colombia). La trayectoria de la totalidad para el eclipse de 1991 fue casi un corte quirúrgico para asegurarse la mayor cantidad de espectadores en la mayor cantidad de países.

El eclipse hizo “la vuelta por México”, pero al revés.

Hace 32 años de aquel día, y si pueden perdonar la pobre la calidad de ellos, podrían ver algunos vídeos del acontecimiento, en donde el entusiasmo y la expectación de la gente y los reporteros son más que notorios.

La cadena Televisa dio una detallada cobertura del eclipse en distintas ciudades de México.


Y la Real Sociedad Astronómica de Canada hizo un excelente documental del eclipse, en inglés. Lamentablemente, no puedo enlazarlo en el website, pero puedes verlo en YouTube aquí.

El eclipse de 1998

Luego de esa ocasión, empecé a buscar más información sobre eclipses y desde entonces creo que ha sido el evento astronómico del que más he leído y estudiado. Especial mención tiene el eclipse del 26 de febrero de 1998, cuya totalidad pasó al norte de Colombia y Venezuela, y algunas de las Antillas Menores.

La franja de Totalidad del 26 de febrero de 1998.

En nuestro país, ese eclipse también fue parcial, pero hasta la fecha, es la máxima ocultación que hemos visto (más de un 80%). Ya con Internet y mejor cobertura de los medios, sé de muchos dominicanos que sí salieron a la calle ese jueves poco después de las 2 de la tarde, y vieron el sol casi engullido.

Así se vio el sol desde Santo Domingo el 26 de febrero de 1998.

Entre los “umbráfilos” (así nos denominamos, aunque parezca insulto), está muy claro que un eclipse parcial al 99.9% es un disparatazo comparado con dos segundos de totalidad. Por eso yo sabía que tenía que fajarme a buscar un eclipse total de sol. Lamentablemente, nunca pude ver uno hasta el año 2017, cuando viajé con mi esposa y amigos de la Sociedad Astronómica Dominicana (Astrodom) a Gallatin, Tennessee para mi bautismo.

Los testigos
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Gallatin, TN
Astrodom
21 de agosto, 2017
¡Ya casi!
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Gallatin. TN
Astrodom
21 agosto, 2017
¡Totalidad!
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Gallatin, TN
Astrodom
21 agosto, 2017
Las perlas de Baily
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Gallatin, TN
Astrodom
21 agosto, 2017
La corona
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Gallatin, TN
Astrodom
21 agosto, 2017
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Casi dos años después, en La Serena, Chile, de nuevo junto a Sarah y esta vez también con Vielka, Sebastián e Isabella (y la familia chilena), tuve mi segunda experiencia bajo la sombra de la Luna.

Resumen de la totalidad del 2 de julio de 2019, en La Serena, Chile.

¿Mi tercero?

La próxima cita con la totalidad es en abril del 2024. Planes en firme ya tengo, aunque toca afinar las cosas. Quienes me conocen probablemente están hartos de que yo hable tanto del mismo tema. En mi defensa solo puedo decir que nunca será suficiente prédica, pues me interesa que toda persona pueda ver, al menos una vez, un eclipse total de Sol. Es literalmente la experiencia más sublime y espiritual que se puede tener, que no se puede detener, que no se puede acelerar ni modificar.

Escribí esto el día que vi mi primer eclipse total de sol.

Si han leído hasta aquí, voy a suponer que algo de interés tienen en estos temas. ¡Pues pónganle patas al interés! El eclipse del año próximo es inmensamente fácil de lograr: Pasará por México, Estados Unidos y el sureste de Canada. Será un eclipse largo, más de 4 minutos bajo la sombra.

Viajar a Estados Unidos no es tan caro, y aunque el tema del alojamiento puede ser complicado, mucha gente tiene familia en los estados que tendrán totalidad. ¡Empiecen desde ahora a enamorar esos contactos! Si lo logran, les aseguro que no se arrepentirán.

Enlaces sobre el eclipse del 8 de abril 2024

¿Algún día habrá un eclipse total de sol en RD?

La respuesta corta es “Sí”. El 12 de agosto de 2045 (dentro de 22 años), nuestro país se detendrá por más de cinco minutos. Ese día casi todo el territorio nacional quedará cubierto por la sombra de la luna, y la línea central tocará tierra dominicana en Montecristi para salir por San Cristóbal. Para la respuesta larga, puedes consultar esta limonada sobre este y otros eclipses que ha vivido nuestro país.

El Gran Eclipse Dominico-Americano, 12 de agosto de 2045.

Una curiosidad para terminar

Estudiando la órbita de la Luna y la posición del Sol, los babilonios se dieron cuenta de que los eclipses tienen ciclos que denominaron “saros”. Así, un eclipse que sucede hoy se repetirá casi idéntico en 18 años, 11 días y ocho horas (pero cerca de 90° hacia el oeste). Un dato curioso es que el eclipse del año 2045 pertenece al mismo saros que el “eclipse viral” de 1991, el saros 136 (que en nuestros días es el que produce los eclipses más largos).

Luego del eclipse de 1991, el siguiente del saros 136 fue el 22 de julio de 2009 (sobre el sureste de Asia) y fue el eclipse más largo del Siglo XXI con 6m 38.86s. El próximo será el 2 de agosto de 2027 (sobre el norte de África) y tendrá un máximo de 6m 22.64s. Luego de este vendrá el que les cuento, 12 de agosto de 2045 con un máximo de 6m 5.71s.

Desde el 11 de julio de 1991 al 12 de agosto de 2045 habrán transcurrido 54 años, un mes y dos días. Este largo período se conoce como Exeligmos, porque el cuarto eclipse sucede muy cerca de dónde ocurrió el primero. Yo espero poder llegar a verlo.

La trayectoria del eclipse de agosto de 2045.

Hagan su diligencia, amigos. Jamás podrán agradecerme suficiente.

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