La raiz cuadrada de la complicación

Quienes la conocemos un poco, un mucho, o al menos hemos leído un par de sus tweets incendiarios, alguna vez habremos pensado que Bracuta no va a llegar a vieja, pues un día cogerá un pique tan grande, dirá un coño tan duro, le dará una pelelengua tan ácida a alguien, que la sangre le va a jerver por dentro hasta ponerla catatónica. Esos mismos que hemos pensado así, rogamos que no llegue tal día… pero es que el ambiente no la ayuda para nada.

Quiero compartir este post que Bracuta escribió en su blog, y con el que me identifico muchísimo. Quizás sin proponérselo, ella ha encontrado el santo grial que podría encaminar nuestro país a un sendero más “potable”. Yo, eterno soñador, aún consigo imaginarme un país donde Bracuta y los que como ella pensamos, podamos recibir al menos la mitad del respeto que entregamos. Y sinceramente, amigos… ese país de mi prólija imaginación, es invencible.

Enjoy!

La raiz cuadrada de la complicación

Soy complicada, lo reconozco.

Lo reconozco tanto que siempre lo estoy diciendo para que no le tome a nadie de sorpresa. Lo digo tanto que siempre digo que soy complicada e intolerante, para evitar inconvenientes.

Y aún así siempre tengo inconvenientes.

En estos días he estado pensando cuál es la raíz de mis “problemas” (alguien por ahí dijo que son problemas, yo simplemente pienso que son características de mi personalidad) y creo que he dado en el clavo.

Mi “problema”, lo que me trae “problemas” y de donde surgen todos mis “problemas” es nada más y nada menos que el respeto.

Si, porque respeto demasiado y espero el mismo respeto de los demás. Y cuando no recibo el respeto del cual me siento merecedora por mi simple calidad de humana… entonces comienzan los “problemas”.

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Mis “problemas” automovilísticos se deben a que yo respeto demasiado la ley y al toparme con alguien quien no la respeta igual que yo entonces hay “problemas”. Claro, por mi cabeza NUNCA pasaría siquiera la idea de cogerle el parqueo a otro. Tampoco me pasaría por la cabeza atravesarme en la entrada de la marquesina de alguien (claro está, sin su permiso, y a veces ni siquiera así lo hago). Ni siquiera por 30 segundos, ni siquiera por una milésima de segundo. Ni siquiera pensar en dejar mi vehículo atravesado en el parqueo de mi edificio, donde otras personas viven, porque subí a mi casa a buscar algo. No. Para mí, eso es una falta de respeto.

RESPETO.

Yo siempre trato a la gente con respeto. Cuando tengo un desacuerdo con alguien, por más acalorada que sea  la conversación, siempre trato de conservar la calma y tratar al otro con respeto. Por ejemplo, alguien el otro día me comentaba que estaba de acuerdo con la decisión del gobierno de enviar plantas eléctricas a Haití. Yo no estuve de acuerdo con su opinión y así se lo dije. Todo con respeto. Nadie insultó a nadie, nadie se fue al plano personal, no se utilizaron palabrotas para expresar puntos de vista ni términos peyorativos ni derogativos para “ganar” la discusión. Todo con el debido respeto.

RESPETO.

Si llego a un lugar donde hay fila la hago, sin importar que hayan 800 mil personas delante de mí. Si no veo fila, pregunto entre los presentes quién es el último y ocupo el lugar que me corresponde. Si voy al banco, hago fila. Si estoy en una calle, frente a un semáforo o esperando para cruzar una interseción, hago fila. No me paso delante de nadie. No me guillo de loca y me meto donde no me corresponde. No irrespeto el derecho de los demás. No me meto en contravía ni me “robo pedacitos” para llegar más rápido o recorrer menos camino.

RESPETO.

Si voy saliendo o estoy tarde en un edificio o casa, por ejemplo, trato de respetar a las demás personas que viven ahí y trato de hacer la menor cantidad de ruido posible. Si estoy viendo televisión, trato de no poner el volumen a un nivel tal que moleste a los demás. Si alguien anda conmigo en el carro, bajo la música para no molestarle.  En mi apartamento trato de no mover muchos muebles ni estrellar las puertas para no molestar, no sólo a los que viven conmigo, sino a los demás que viven en el edificio. Respeto los horarios establecidos para hacer trabajos que puedan hacer tanto ruido que molesten a los demás condómines. Las pocas veces que he hecho fiestas en mi casa se lo he avisado a mis vecinos, disculpándome de antemano por cualquier molestia que pueda causarles.

RESPETO.

Si daño algo, lo arreglo y si no tiene arreglo lo repongo. Si tomo algo prestado, primero pido permiso y luego lo devuelvo. Si no puedo devolverlo cuando prometí hacerlo, se lo aviso a su propietario antes de tiempo. No llego a casa de nadie a tomar nada que no me pertenezca. No uso las cosas de los demás como si fueran mías porque no lo son. Si tomo algo de un sitio lo devuelvo al mismo lugar de donde lo tomé, a menos que se me indique lo contrario. Nunca me verán diciéndole al dueño de la cosa que tomé prestada que lo venga a buscar si lo quiere.

RESPETO.

Yo relajo mucho con que soy como Joey [personaje de la serie “Friends”] en el sentido de que “I don’t share food”. El motivo por el cual no lo hago es por RESPETO. Si usted pidió algo es porque quería comérselo. Debo respetar su hambre. Y así como yo respeto su hambre, usted debe respetar la mía.

RESPETO.

No le robo el internet a nadie. No cojo las cosas porque entienda que son mías (ni siquiera en mi casa, pues no vivo sola y debo primero preguntar a los demás si lo que quiero es de ellos). No me gusta pedir favores ni cosas prestadas. No me gusta manejar carros ajenos.

RESPETO.

No mando emails en cadena. Es más, sólo mando emails de trabajo y los pocos personales que mando son por motivos muy específicos. No me la paso mandando invitaciones en facebook. No le llevo la vida a nadie. No critico a la gente pues cada cual es dueño de su vida y de hacer con ella lo que quiera. No armo chismes. No me invento cosas de la gente para quedar bien delante de otros. No hablo de los demás a sus espaldas. No instigo chismes ni pongo a la gente en contra de nadie.

RESPETO.

Si alguien me señala un error que haya cometido (y les juro que los cometo a diario, varias veces al día) con humildad y respeto lo reconozco, no respondo de manera ofensiva tratando de insultar al otro porque simplemente no reconozco que soy humana y que me equivoco.

RESPETO.

No le pongo la mano a las cosas que no son mías. No trato de resaltar usando a los otros. No quiero pintar a todos como los malos y a mi como la buena. No abuso de la buena fe de los demás. No abuso de las cosas de los demás. No abuso de los demás.

RESPETO.

Si alguien me ha dado el privilegio de estar en su vida, respeto ese privilegio y no abuso de él. Si he depositado mi confianza en alguien espero que respete ese privilegio y no se ande con chismes de mi. Si veo un “status update” de alguien, sobre todo si es de un adulto como lo soy yo, diciendo por ejemplo que está triste por algo, no voy como una vieja chismosa de barrio a decirle a su madre que su hijo/a está loco/a porque escribió algo en su facebook.

RESPETO.

Seguir a alguien en twitter es un privilegio. Tener a alguien en facebook es un privilegio. Poder leer el blog de alguien es un privilegio.

RESPETO.

Cuando fumaba nunca lo hacía en lugares donde pudiera molestar a aquellos que no lo hicieran. Si estaba en algún sitio público o, por ejemplo, comiendo, siempre le preguntaba a mis acompañantes si les molestaba que fumara. Y cuando me decían que sí, respetaba sus deseos.

RESPETO.

Cuando ando en el carro y yo estoy manejando no me gusta que me indiquen por dónde ir ni cómo manejar. De la misma forma, cuando alguien quien no soy yo está manejando, no le indico por dónde ir ni cómo manejar.

RESPETO.

Si a alguien no le gusta la música electrónica, evito ponerla cuando ande con esa persona. Si ando con alguien espero que no me ponga reguetón en la radio.

RESPETO.

Como persona con recurrentes problemas para conciliar, obtener y mantener el sueño, yo no levanto ni le interrumpo el sueño a nadie. Si alguien está durmiendo trato de no hacer ruido para no despertarle.

RESPETO.

Trato de no llamar a nadie entre 1 y 3 porque para mí esas son horas de descanso. A menos que sea por algo en específico, no llamo a nadie después de las 10 de la noche o antes de las 9 de la mañana (con sus contadas excepciones).

RESPETO.

Cuando uso hielo del freezer siempre lleno los moldes. Si al beber agua el “jarro” está medio vacío lo lleno para los otros. Si queda 1 pan en la nevera no me lo como porque pienso en los otros. Si tengo mucha hambre y de verdad lo quiero entonces pregunto a los demás si puedo comérmelo.

RESPETO.

Si ando en el carro sola me la paso cantando a todo pulmón. Si alguien anda conmigo yo canto versión “lip-sing” porque respeto su derecho a querer escuchar la canción. Cuando estoy sola pito. Si estoy con otra persona no lo hago, sobre todo si está escuchando música, pues no podemos tener un concurso de quién hace más bulla y porque respeto su derecho a no querer escuchar mis pitidos.

Doy RESPETO. Espero RESPETO. Exijo RESPETO.

Respeto a mis mayores, respeto a los demás, respeto al prójimo.

RESPETO.

¿Me doy a entender en lo que respecta al significado de respeto?

El que no me respeta no merece estar en mi vida…. y mucho menos mi respeto…

Así que sí, si es por eso, porque RESPETO, entonces me seguiré buscando “problemas” y me seguirán llegando “problemas” por lo que me queda de vida. Prefiero respetar y tener problemas a no respetar y ser… eso…

Prefiero ser complicada, intolerante, difícil, “problemática”…. realmente, para ser otra cosa, prefiero serlo…

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