Quiero compartir este post que Bracuta escribió en su blog, y con el que me identifico muchísimo. Quizás sin proponérselo, ella ha encontrado el santo grial que podría encaminar nuestro país a un sendero más “potable”. Yo, eterno soñador, aún consigo imaginarme un país donde Bracuta y los que como ella pensamos, podamos recibir al menos la mitad del respeto que entregamos. Y sinceramente, amigos… ese país de mi prólija imaginación, es invencible.
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