Muchos de mis amigos conocen a mi hermano, José Ramón Martínez Batlle. Y casi todos coinciden en que es un tipo genial, con una calidad humana que sobrepasa los linderos de lo habitual (por supuesto, él nunca ha sido busca-cámara ni amigo de hacerse notar, hasta intentó persuadirme de no escribir esto).
Pero lo más interesante de todo es que mi hermano tiene facetas casi desconocidas, y que en todas ellas se esfuerza por descollar hasta hacerse experto. Si hay personas que no se conforman con mediocridades, mi hermano sin dudas es uno de ellos.

A la izquierda mi hermano, junto a mi madre y yo
Hace una caterva de años, se dedicó a ser discjockey en el bar de un céntrico hotel de la Capital, y acumuló una muy interesante colección de músicas, primordialmente de Alternative, Soft Rock y Pop Music. Recuerdo sus pasionales defensas y opiniones sobre artistas e íconos que, por alguna razón, a mí me resultaban no tan loables. Llegué a comprar The Concert in Central Park de Simon & Garfunkel tan solo por su insistencia.
Pero seguramente la faceta más conocida de mi hermano (a quien desde hace añales muchos conocen como “Monón”) es la de ecologista y geógrafo. Resulta que Monón decidió estudiar Ingeniería Electrónica en el INTEC a finales de los años 80. Todo iba muy bien hasta que fue invitado por el grupo Intec-Ecológico a hacer un viaje al Pico Duarte. La interacción con el grupo terminó apasionándolo y decidió unirse al mismo y de ahí en adelante forjó su destino dedicado a la ecología.
Mi hermano no abandonó sus estudios y terminó recibiéndose de Ingeniero Eléctrico, pero jamás ha ejercido formalmente la carrera. En cambio, empezó a laborar en instituciones ambientalistas como la entonces llamada Dirección Nacional de Parques. Esto lo llevó a conseguir una beca en Sevilla donde pasó cinco años. En España estudió una maestría en Conservacion y Gestion del Medio Natural y posteriormente realizó un doctorado en Cambios Ambientales y Riesgos Naturales, y en el camino se las arregló para hacerse geógrafo también. Y desde hace años colabora con una agencia española de ayuda a proyectos de importancia ambientalista muy importantes.
…entonces, ¿de DJ a geógrafo y ecologísta? Sí… pero hay más.
Una faceta que casi nadie conoce de mi hermano es su gusto por la música de son. Yo mismo me vine a enterar apenas el pasado abril de que Monón está super involucrado con la cultura sonera, y me quedé boquiabierto cuando examiné su iPod y su Blackberry para darme cuenta de que tiene en ellos cientos, miles de sones de todas las épocas, y que además cuenta ya con el aprecio y bendición de viejos robles del género. Es asiduo participante en las peñas que se realizan en “El Secreto Musical” de Villa Consuelo, asiste con frecuencia a las presentaciones de Sonia Cabral y los Científicos del Son y las del Grupo Bonyé en las Ruinas de San Francisco. Se codea con gente influyente en el arte, y le envía mensajes de texto al Chino Méndez para hablar de gente como Omara Portuonto.
Ayer cenamos juntos y creo que en un afán de poner algo divertido de su amplia “soneroteca”, me hizo escuchar un son totalmente desconocido para mí, pero sumamente divertido e ingenioso, sobre todo considerando que se trata de una pieza que tiene 80 años de creada.
En la voz de Daniel Santos y acompañado por el Cuarteto Flores, aquí les presento “La Gaga”.
Ya te dije, que esa es la faceta que conocía de él, la de . sonero, no la de científico. Por esta vía, me entero que es un brain!