¿Me creen si les digo que no puedo sacarme la imagen de mi niña cantando y dando vueltas como un trompo en la cocina? Yo grababa cada movimiento y mientras me asustaba porque pensaba que se iba a marear o a golpearse con el borde de la meseta, ella simplemente cantó, de buena gana, esas dos canciones, a su manera y con toda su gracia.
Continue reading