La brutal masacre del pasado domingo, innecesaria, inexplicable, injustificada, trae al tapete otra vez un debate incómodo que para el estadounidense común es ya demasiado viejo. Innecesariamente viejo, inexplicablemente vigente, injustificadamente irresoluto. Al margen de la tragedia, y guardando un solemne respeto por las víctimas de esta y todas las masacres ocurridas, he llegado a… Continue reading