Confieso que gran parte de mi vida adulta fui un desastre manejando mi dinero. Nunca supe planificar, nunca cultivé el hábito de ahorrar y por mucho tiempo fui comprador compulsivo del tipo “diablo, ya pagaron, deja salir brisiao a comprarme esta pendejá que no necesito… la vida es para darse gustos, ombe, el préstamo que espere la próxima quincena“.
A pesar de mi poca pericia financiera, tuve la suerte de manejar buenos ingresos y para inicios de siglo andaba bien montado y viviendo con cierta holgura (aunque sin un peso ahorrado). Tenía mi empleo decente y en eMarket vendía mercancía que compraba en Internet (en esa época pocos podían comprar online). Vino la crisis del 2003 y de repente me vi con un montón de aparatos que adquirí a 17×1 que nadie me quiso comprar ni por debajo del costo pero el banco me exigía pagarle a una tasa triplicada. Caí en legal, tuve que vender mi Octavia 2000 casi regalado, mis deudas se volvieron un monstruo y para colmo, me cancelaron. Por años el lastre de mis deudas me ahogó y me hizo muy cuesta arriba salir adelante.
No pretendo pintarme de héroe con mi historia personal, pues no creo que sea muy original —probablemente tú has pasado por infiernos similares, y más en este año tan necio que hemos tenido. Además, liberarme del monstruo me tomó muchísimo más tiempo del necesario, precisamente porque carecía de disciplina y orientación.
Solo deseo crear una zapata de empatía, porque si estás comiéndote un cable y pasando la peor crujía de tu vida, quiero que sepas que pasé por eso… Esta limonada es una promesa que le hice a Alejandro Fernández W. hace un tiempo. Él, al saber cómo logré salir a flote con mis finanzas personales, me pidió que no me quedara con el conocimiento, que escribiera sobre mi trajinar. Apenas ahora estoy cumpliendo. Me acojo al refranero con aquello de “más vale tarde que nunca”.
Varios aclarandos
En esta limonada voy a recomendar una aplicación específica: You Need A Budget (YNAB). Esta NO es la única aplicación que puede ayudarte. He presentado esta app a algunas personas y no a todo el mundo le gusta, porque tiene una curva de aprendizaje importante. Además, YNAB tiene un costo anual de 99 dólares o 15 mensual. El software es excelente pero no es gratis.
Otra cosa: Ya habrás notado que en esta limonada cuento mucho de mi experiencia personal. Como dicen los gringos “your mileage may vary” porque cada persona tiene su propio mundo. Aspiro a servir como ejemplo, no como regla infalible.
Algo más: YNAB tiene un programa de referimiento. Si pruebas el software y te suscribes con mi enlace de referimiento, te darán un mes gratuito al final de tu primer ciclo de pago. Y a mí también me saldrá un mes gratis, así que ganas tú y gano yo.
El inicio
Mientras iba con Gustavo Villavizar a reparar el aire acondicionado de mi viejo Accord (junio de 2013), él me habló de YNAB. “Es una aplicación de finanzas personales, pero es diferente a las demás” me dijo, promisorio. “Casi todas las aplicaciones te ayudan a registrar lo que haces con el dinero, pero YNAB te obliga a planificar lo que harás con lo que tienes en el bolsillo, y luego te encamina a seguir el plan que diseñaste”.
Y se supone que en ese momento debía sonar una musiquita angelical, y todo se iba a iluminar en una epifanía maravillosa… pero la verdad es que no entendí qué tenía eso de especial. Sinceramente, no me pareció ni siquiera innovador.
A pesar de todo, me di el chance de aprender, de dejarme llevar, y con montón de tropiezos, ya estoy en un punto en el que espero con ansias que lleguen las facturas para pagarlas muerto de risa e inmediatamente pagar mis tarjetas de crédito y mantenerlas en cero.
¿Magia? No, más bien mucha paciencia y disciplina e ir haciendo mías las cuatro reglas que YNAB promueve. El poder de esta aplicación es que te lleva a asumir el dinero de una forma preventivamente intencional.
YNAB = Educación financiera
YNAB se califica a sí misma como “una empresa de educación financiera que vende un software para aplicar un sistema probado”, y no lo dicen relajando. Los recursos educativos que tienen en su portal son abarcadores, útiles, prácticos, aunque lamentablemente todo está en inglés (ojalá eso cambie pronto). Si no manejas ese idioma, apóyate en mí, que con gusto intentaré explicarte cualquier duda que tengas.
El website de YNAB tiene decenas de vídeos y muchos workshops con instructores que te van a mostrar el uso de YNAB con ejemplos prácticos, y a los que puedes hacerles preguntas. En estos momentos es probable que haya uno o varios talleres sucediendo, libres de costo.
Cursos en vídeo
YNAB ha compilado cuatro cursos con un montón de vídeos cortos totalmente prácticos, totalmente gratuitos, que puedes ver sin siquiera suscribirte al software.
Four Rules for Less Money Stress
Starting Your YNAB Budget
Using Your YNAB Budget
How to Get Out of Debt (and Stay Out!)
Workshops
Cuando empecé con YNAB, tomé (varias veces) tooooodos los talleres y así me convencí de abrazar el método. Viendo el uso práctico de YNAB y haciendo preguntas que necesitaba aclarar, hice mis primeros ejercicios. Mira el listado de talleres que tienen ahora mismo:
- Learn the Four Rules
- Set Up Your Budget
- Roll with Your Overspending
- Master Credit Cards with Your Budget
- Create a Debt Paydown Plan
- Reach Your Savings Goals
- Break the Paycheck to Paycheck Cycle
- Saving Money on Groceries
- Cutting Spending
- Open Q&A
Las finanzas y tu pareja
El dinero es un tema muy personal, pero también es una de las principales causas de conflictos en la pareja. Todos conocemos historias de divorcios, feas discusiones y un montón de sinsabores que han sucedido por la manera en que se manejan las finanzas de una pareja. YNAB tiene una sección importantísima que se enfoca en aprender a presupuestar con la persona que te oye roncar.
En esta sección encontrarás consejos para convencer a tu pareja de que hay que ponerse pa eso. Hay forma de usar YNAB con una cuenta compartida, hacerlo con dos cuentas independientes, o hasta con cuentas separadas que se solapan.
En mi caso personal, mi esposa sabe que uso YNAB y nuestras finanzas hogareñas están niveladas y distribuidas. Ella no usa YNAB (todavía) pero aplaude que yo hoy tengo un manejo personal excepcional, al punto que muchas veces yo le tengo que recordar cosas. ¡Ahora el organizao soy yo!
Las cuatro reglas
Dudo mucho que yo pueda explicar las cuatro reglas mejor que los creadores de YNAB, pero aquí va mi resumen. Prefiero que cada quien use el (excelente y asombroso) servicio al cliente de YNAB, pero me reitero a las órdenes de quienes necesiten ayuda, sugerencias, consejos de cómo hacer tal o cual cosa. No soy asesor financiero, pero los años me han ayudado a “curtirme” con esto. Ahora veamos las cuatro reglas en mis palabras. ¡YNAB al limón!
Primera Regla: Dale un trabajo a cada peso
¿Cuánto dinero tienes en los bolsillos? ¿Cuánto dinero líquido tienes en tus cuentas de ahorro o corrientes? Con eso es que vas a empezar. Con el dinero que tienes “de verdad” (no cuentes con el doble, ni con las tarjetas y menos con la quincena que aún no has cobrado: solo con lo que tienes encima), vas a decidir ahora qué problemas ese dinero va a resolverte, hasta que te quedes con Cero peso sin oficio.
Si tienes 10 mil pesos entre billetera, cuenta de nómina y la cuentecita de ahorros que tienes en APAP, debes repartir ese dinero en tareas. No lo has gastado, pero ya sabes qué uso le darás.
Este primer paso te va a quitar la incertidumbre y te empezará a encauzar. Si de los 10,000 dijiste que solo puedes usar 800 para comer algo en la calle, ya debes imaginarte que no vas a ir a un restaurante. Tú tienes 10,000 pesos, realmente podrías almorzar bien en La Locanda con 10,000 pesos, no? Pero ya sabes que realmente solo tienes 800 para comida en la calle, tírate para La Marquesina, veveh.
Todos tenemos gastos fijos mensuales que son ineludibles y que no pagarlos solo te traerá problemas: la factura del móvil, el alquiler de la casa, la cuota del préstamo del vehículo, el supermercado, EL PAGO DE LA TARJETA DE CRÉDITO, etc… Esas obligaciones debes cubrirlas de primero.
Repetirás este proceso de darle oficio al dinero cada vez que recibas un pago por salario, por picoteos, porque te ganaste la Loto o porque tu Sugar Daddy (o Mommy) te regaló algo.
Segunda regla: Afronta tus gastos reales
En un mundo ideal, con lo que produces en un mes podrás cubrir tus gastos fijos mensuales (con respecto a las tarjetas de crédito, al menos hacerles el pago mínimo para no caer en atraso o mora). Si es así, te debería sobrar algo de dinero, procura no bebértelo!
Ese dinero que queda luego de las obligaciones fijas, debes usarlo para crear un fondo que te permita cubrir los gastos especiales que tendrás cada año: El seguro del carro, tu chequeo médico anual, los regalos de navidad y de cumpleaños de tu gente, etc. Estos son gastos extraordinarios y generalmente pesados que sabes cuándo van a suceder cada año.
Además, debes considerar gastos imprevistos que suceden porque la mardita madre de Murphy. Un guaguero se te eplota en el carro y tienes que repararlo, caíste enfermo y el seguro no cubre todo, el desagüe de tu baño se rompió y a la vecina le cayó “to eso encima”…
Es sabio empezar a separar una pequeña suma para cada cosa de estas, y así cuando llegue un tablazo habrás juntado todo el dinero o una parte importante, y el golpe será menos duro.
Tercera regla: Ajústate con los golpes
La vida es cualquier cosa menos predecible. Por previsor y disciplinado que seas, algo va a aparecer para lo que no estés preparado. Eso es normal. Ningún presupuesto puede ser inflexible e invariable, porque la vida es una sorpresa Popeye. Si te llega un gasto que no tenías previsto y para el cual no tenías ningún fondo, vas a tener que resolverlo.
Digamos que cada diciembre yo pago 12 mil pesos en renovación de diversos dominios (es real ese dato). Previendo eso, cada mes separo 1000 pesos para ir juntando los 12 mil. En junio, ese presupuesto ya tiene 6000 pesos, pero ahí tuve que comprar la batería, que costó 5,850 pesos. ¿Qué hacer? Podría endeudarme con la TC por esa cifra y tendría 22 días después del corte de la tarjeta para saldarla. En ocasiones esa es la única solución… pero YNAB me permite una alternativa.
Pagar la batería con mi tarjeta pero inmediatamente tomar 5,850 pesos de mi presupuesto para los dominios y pagar mi tarjeta ahí mismo. No me endeudo y gano millas, puntos, estrellas o lo que sea que da el banco por usar la tarjeta. ¿Y los dominios? Pues ahora YNAB recalcula y me dice “loco, te quedaron 150 pesos en ese presupuesto. Para que juntes los 12 mil de los dominios, ahora tendrás que separar 1,975 empezando en julio, ta’ to?”. Ya sé que tendré que reducir mis gastos a partir de julio y meterle 975 pesos encima de los 1000 que ya separaba para eso, pero me da tiempo para hacer los ajustes de lugar. Roll with the punches.
Cuarta regla: Añeja tu dinero
Si te mantienes aplicando las tres primeras reglas, al cabo de poco tiempo (y con mucha disciplina, no es fácil) verás que te sobrará dinero. Literal, te sobrará algo de dinero, aunque sean 200 o 500 pesos. ¿Qué haces con ese dinero? El mejor uso que le puedes dar es mandarlo al futuro. Digamos que tu factura del móvil son 1500 pesos. Tomas los 500 pesos que te sobran este mes y les dices “oigan ustedes, su trabajo va a ser pagar el móvil el mes próximo”.
Cuando el próximo mes llegue, cubras tus compromisos, hagas tus aportes para gastos extraordinarios y todo, tendrás que buscar solo 1000 pesos para pagar el móvil pues ya hay 500 que tienen un mes esperando ser usados, así que el mes siguiente gastarás 500 pesos menos en el móvil (y se supone que te sobrarán otros 500 pesos del mes). Ahora tendrás 1000 pesos sin oficio. Ooooh, pues que paguen el móvil del siguiente mes. ¿Vas entendiendo? En el tercer mes, solo pondrás 500 pesos de ese mes para el móvil, te sobrarán 1000 por ese concepto y ahorrarás 500 de forma normal. Para el cuarto mes, el 100% de la factura del móvil la habrás pagado con dinero del tercer mes.
Ese cuarto mes te sobrarán tus 500 normales y 1500 del móvil: 2000 maracas para pagar el móvil del quinto mes y encima todavía te sobrarán 500 pesos que podrás usar para empezar a pagar otra cosa (la factura de la energía, por ejemplo). Al cabo de un buen tiempo, la mitad de tus compromisos del mes los estarás pagando con dinero que te ganaste el mes pasado. Eso tendrá un efecto de bola de nieve que te conducirá al “nirvana financiero”: pagar todo un mes con dinero del mes pasado. Cuando llegues ahí, ya estarás en un punto de zen que nunca podrás olvidar.
YNAB te irá diciendo cuánto de tu dinero está añejado a medida que vayas alcanzando hitos.
¿Soportas?
Si has llegado hasta acá, supongo que soportas probar el software. YNAB ofrece un trial totalmente funcional y gratuito por 34 días. Por eso te sugerí separar 5000 pesos de tu doble sueldo, para que puedas suscribirte al final del trial.
Además, si te suscribes con mi enlace de referimiento, recibirás un mes gratis al final de tu primer ciclo (anual sale mucho más barato que mensual).
Si alguien tiene dudas sobre cómo usar YNAB y prefiere preguntarme a mí, me pueden contactar por los DM de Twitter, o en Telegram.
Happy budgeting!
Amo este software. Yo me creo evangelista de YNAB, porque ha hecho cambios tan importantes en mi vida que a veces hasta me cuesta cuando conozco a alguien que claramente lo necesita pero que no le interesa. Excelente limonada, como de costumbre.
Jejeje, gracias a ti fue que conocí está útil herramienta. Un éxito por donde quiera que lo sumen.
Mano, esta limonada te quedó mejor que la que baten con hojas de menta. Financieramente hablando, soy 100% disfuncional (al punto de que hasta me ha costado relaciones), y acataré tu consejo para llegar a ese nirvana. Gracias.
Tamo aquí pa lo que se ofrezca. Arrecia ahí, Ico.
Me encantò! Gracias Dario !
Tamo a cuarta de chuleta!
Lo único que voy a decir es: ‘ta bueno que te pase. Conociéndome desde principios de los 90s, y que siempre he sido cuadra’o con el dinero, y siendo tu hermano prieto y chiquito, NUNCA me dijiste lo que estabas pasando.
Ya fueras rico y estuvieras invitándome a salir porque yo seguiría siendo pobre. 🙂
Jajajajajajaja, no way men. Uno de hecho, la parte previa al inicio de la historia es tú y yo bregando con Quicken y Microsoft Money, back in the day. Mi problema era la disciplina, no solo para anotar las transacciones sino sobre todo y principalmente, para planificar mis gastos con inteligencia. Además hay otros aspectos de mi vida a principio de siglo que no vienen al caso de la limonada pero que tú conoces bien. Con todo, hemos salido adelante. Hoy la cosa es más cómoda para todos.
Definitivamente mucho más cómoda. Pero pudo ser menos incómoda. 🙂
Dario, te felicito…en 2006, tuve una situación similar a la tuya. El banco donde trabajaba quebró y por no medir mis riesgos, que quedé sin pito y sin flauta. Gracias a consejos de Alejandro Fernández W, y a muchos sacrificios, salí del hoyo y hoy ayudo a otras personas a mejorar su situación financiera. Un abrazo desde Santiago