Era muy obvio el engaño, muy clara la farsa. Sin embargo, más de 140 mil personas “participaron” para ganarse un auto MINI con solo hacer “like” a un par de fan pages muy bien “brandeados” y manejados por elementos que (por lo menos) cuidaron bastante la ortografía y utilizaron elementos gráficos de corte profesional. Se nota que no son novatos, que posiblemente hay una agencia publicitaria detrás de todo (ya lo sabremos luego, cuando el “cliente final” se adueñe del espacio).
Hoy temprano me encuentro con que ya no existe ni el fan page original de MINI Club ni el segundo, los que la semana pasada me motivaron a escribir esta limonada. La evolución de esos meteóricos fan pages fue brutal, según puede apreciarse en esta gráfica que Facebook provee.
Lo que el admin se llevó
Para las 2 de la tarde del 16 de junio, ya el fan page original tenía casi 52 mil fans. A las 5 de la tarde del mismo día, 62 mil ilusos habían dado “like”. A las 11 de la noche, la marca MINI (la real, por supuesto), aclaró que no estaba relacionada con esa supuesta rifa.
Al día siguiente, el fan page falso puso una nota donde aseguraron que su sorteo era “real y verdadero”, y anunciaron la gran sorpresa: ¡Ahora sortearían DOS automóviles! ¿El único problema? Que había que hacer like en OTRO fan page, nada más, el cual hasta la fecha tiene más de 22 mil “participantes”.
¿Qué hay entonces en esos fan pages ahora mismo? Nada relevante. Quedan solo dos cascarones. Cambiaron su naturaleza (el grande ahora es una “fundación” y el segundo, una “casa disquera”). Eliminaron las fotos de encabezado, las fotos de perfil, los “excelentes” artes que anunciaban el sorteo, todas sus publicaciones con las “instrucciones” para ganarse un MINI con solo hacer clic y compartir la promo… todo, se lo llevaron todo.
Oh, no, espera, aún quedan algunos comentarios de “fans”, como triste pasarela de la credulidad. Vestigios de ingenuidad.
¿Colorín colorado?
He escrito estas dos limonadas con una tenue esperanza. Quizás, me gusta pensar, estos mensajes llegarán a una parte de los “participantes” y del público en general. Quizás lograré disuadir a la gente de hacer “like” en cualquier fan page solo porque tiene una imagen bonita y una promesa menos creíble que una de Danilo. Quizás la gente aprenda un poco, y la próxima vez que estos pelafustanes quieran abultar un fan page para luego venderlo o para capturar información de sus ingenuos “participantes”, menos personas caigan en el truco.
Quizás… aunque sea una esperanza inútil, aprenderemos a comer menos mierda.