El pasado miércoles recibí una sorpresa bastante inusual. El buen amigo Isaías Ortiz me contactó para informarme que mi nombre y algunas de mis ideas forman parte de una publicación internacional que narra el génesis de las telecomunicaciones digitales y la forma en que el periodismo saltó del papel a la pantalla en la América hispana y portuguesa. En su mensaje, Ortiz me contaba que él había sido el autor del capítulo dominicano.
De entrada, el mensaje de Isaías se sonó a broma. Después de todo, no soy periodista ni historiador, ni he estado ligado a proveedoras de Internet o telefonía. ¿Cómo podría llegar mi nombre a una publicación de ese tipo? ¿Qué cosa podría haber motivado a alguien a citarme varias veces en esa obra? Por eso, luego de verificar que el enlace era legítimo, hice clic y entré al portal de Telefónica Colombia, en el cual reposaba la obra mencionada, lista para su descarga gratuita.
Un paseo por Iberoamérica
Se trata de “Ciberperiodismo en Iberoamérica”, editada por Fundación Telefónica, y recoge los orígenes del periodismo digital en 22 países del continente, así como en España y Portugal. El libraco, en el que comparten autoría una treintena de profesionales coordinados por el profesor Ramón Salaverría de la Universidad de Navarra, pasea por cada país haciendo un relato pormenorizado de cómo surgió la plataforma comunicacional que hoy sostiene una de las principales actividades existentes en Internet: el periodismo digital.
Abrí el documento y sin reparar en nada más, busqué el capítulo 20, que atañe a la República Dominicana, y empecé a comprender un poco de qué iba el jaleo. Isaías exploraba cómo los dominicanos habíamos empezado a compartir noticias y a redactar informaciones para consumo digital. Constató que el acceso público a Internet llegó a nuestro país en 1995, y que las primeras páginas informativas surgieron en 1996. Pero fue más allá y encontró una semilla más antigua que el propio Internet en la República Dominicana: Los viejos y versátiles Bulletin Board Systems (BBS).
Isaías encontró una de mis más viejas limonadas, escrita en 1997, cuando ni siquiera se habían inventado los blogs: Publiqué “Los Bulletin Board Systems dominicanos” en mi primer afán por exponer mi punto de vista, “La página de Western Drake”. En esa añeja limonada (que pueden leer acá) cuento la historia de cómo se conformó la primera comunidad virtual en la República Dominicana, comunidad que aún se mantiene vigente y que ha parido una de las amistades más pulcras y sólidas que podría imaginarse.
Los “BBSianos” somos, sin quizás, los primeros colonizadores de un mundo que hoy damos por sentado, los primeros que utilizamos las telecomunicaciones para expresarnos, para acercarnos, para entendernos. De aquella comunidad surgió el primer noticiero digital, SEIG BBS, el cual se ocupaba periódicamente de compartir noticias de toda índole. Insisto, en una época en la que no había medios digitales, Milcíades Ramírez mantenía su BBS para brindar información, la misma que consumíamos, debatíamos, criticábamos y nos troleábamos unos a otros. Como ven, solo cambia la forma, pero en el fondo, los dominicanos siempre hemos sido rebuceros.
Pero volviendo a la obra, me complace ver cómo aquel hobby, que ejercíamos sin estridencias, pero con apasionamiento, forma parte de algo tan cierto y tan central como el ciberperiodismo que tenemos. Me complace compartir créditos con lumbreras que respeto inmensamente como Mite Nishio, Alex Madera, Arturo López y Augusto Romano, Ya sea por curiosidad o por interés en entender cómo pasamos de nada a lo que ahora tenemos con los medios digitales, el aporte que hace “Ciberperiodismo en Iberoamérica” es de altísimo valor para cualquiera que se precie de comunicar.