La muerte de Robin Williams, inesperada (e innecesaria para todos excepto para él mismo), ha sumido a buena parte del mundo en gran pesar. Personas de distintos niveles, profesiones, trasfondos e intenciones han publicado mensajes de duelo en sus perfiles sociales y #RobinWilliams ha sido trending topic una buena parte de las últimas horas.
Y no es para menos, al considerar los elementos que tenemos a mano sobre el caso. Se trata de un actor muy querido y más admirado, dueño de interpretaciones inolvidables, capaz de hacer reír con su sola presencia. Se dice que tomó la decisión de quitarse la vida y que estaba sumido en depresión. Tenía solo 63 años, lo que en términos de Hollywood es aún una edad eminentemente productiva. Ayer cualquiera de nosotros pudo haberlo visto en una tienda o en el supermercado y probablemente nunca habríamos pensado que hoy estaría muerto. Que hoy se habría quitado la vida.
¿Por qué nos duele tanto Robin Williams? Yo, que soy de los que tuvo el privilegio de crecer con Mork and Mindy, que luego lo vi transitar por una caterva de roles, siempre pensé que Robin Williams era una especie de Peter Pan, un niño atrapado en un cuerpo adulto, un mozalbete que nunca maduró, que se tomó siempre la vida en broma. Con todo, tomaba muy en serio su trabajo y respetaba la industria.
¿Por qué nos duele tanto Robin Williams? Me animo a pensar que nos duele ver partir a aquel extraterrestre que saludaba tocándose las orejas y que no decía “coño” sino “shazbot”, aquel Popeye el Marino, aquel Patch Adams, aquella insuperable Mrs. Doubtfire, el interminable robot de Bicentennial Man y aquel hombre que hasta cuando hacía papeles dramáticos nos sacaba alguna sonrisa. Y nos duele por eso mismo: Porque nos hacía reír. Con lo que fuera, siempre nos reíamos. Nos hacía felices. Nos hacía mejores personas porque nos sacaba auténticas carcajadas.
Y esa es la primera enseñanza que saco de la muerte de Robin Williams: Quienes te hacen reír te harán más falta cuando no estén. Aquellas personas que reparten felicidad, sonrisas y alegría son las que hacen la vida menos desagradable. Quienes te contagian la risa aligeran tu día y hacen que sea más llevadero el devenir de las horas. Así era Robin Williams y así sé que lo recordaré.
Claro que no era perfecto. Tenía profundas sombras, adicciones serias y una larga lucha contra la depresión. Quizás un cóctel de todo ello lo llevó a tomar la maldita determinación de suicidarse.
Y esa me parece la segunda enseñanza que me deja el afable Mork: Hay que saber leer la felicidad. Hay que saber leer las señales que va plantando una persona depresiva a su alrededor. En muchos casos, esas señales son grandes pedidos de ayuda que pasan desapercibidos porque todo parece feliz en lo externo.
Es posible que nada habría impedido a Robin Williams quitarse la vida. Quizás sus familiares y amigos más cercanos habrían podido evitar que hoy sucediera este triste desenlace pero mañana la historia habría sido distinta. Pero la responsabilidad de los amigos y familiares es la misma, debemos preocuparnos por los demás, debemos profundizar en las conversaciones, ahondar mucho más allá del simple saludo, mostrar genuino interés por saber lo que pasa en la vida de los demás. En una gran cantidad de casos, las personas depresivas simplemente necesitan ser escuchadas y tomadas en consideración. Hay casos de depresivos destructivos, aquellos que activamente se alejan de todos y que alejan a cualquiera que intente acercarse, pero supongo que esos son los menos.
Creo que el mundo ha perdido un talentoso actor, un hombre de profunda sensibilidad, de amplísimo histrionismo. Ojalá que podamos recordarlo con la inmensa sonrisa que tuvo siempre. Ojalá que a la vez, podamos sonreír y hacer que nuestro entorno sea más llevadero como él nos ayudó por casi 40 años. Ojalá que podamos sonreír junto a él cantando “Don’t Worry, Be Happy”.
Mis películas favoritas de Robin Williams
Robin Williams era de esos actores que me motivaba a ver cualquier película que tuviera su nombre entre los créditos. Elegir un puñado no es tarea fácil, pero estas son de mis favoritas con Robin Williams:
- What Dreams May Come. Una película dramática, muy atípica en su trayectoria, pero al mismo tiempo inmensamente bien lograda. Paradójicamente, en la trama, Williams tiene que salvar a su esposa de lo mismo que él ha hecho hoy.
- Bicentennial Man. Otro drama (este mucho más chispeante). Mágica historia que a lo largo de dos siglos muestra cómo una máquina puede llegar a amar tanto que se vuelve más humano que un humano.
- Good Will Hunting. Imposible no sintonizar con el mentor de Will Hunting en un drama igualmente audaz como genial.
- Mrs. Doubtfire. Una de las interpretaciones más geniales de Williams, y con un mensaje que cualquier padre comprenderá.
- Good Morning Vietnam. Una de las más hilarantes comedias que recuerdo en mi juventud.
También al igual que tú fui parte de Mork and Mindy, y a esas películas yo les agrego
Jumanji
Dead Poets Society (un drama impresionante, pero donde logra hacernos en un momento reir)
Una lástima personajes como Robin Williams se vayan de esa forma.
Sin duda para mi lo fueron Jumanji; Fluffy, esa donde el es un inventor y crea por error una especie de gelatina verde con vida; y con creces la que marco mi infancia lo fue Peter Pan, esa fue la película que me hizo admirarlo y quererlo hasta el día de hoy, he sido capaz de ver esa película tantas veces que he perdido la cuenta 🙁
Excelente tu post! Es bueno que sepan que hay muchas películas de Robin Williams disponibles en Netflix, porque ahora uno en nostalgia quiere volver a darse un par de ellas
Excelente escrito. A todos nos duele la partida de este personaje que nos regalo tan mágicos momentos a partir de su Nano Nano, desde ahí me dejé contaminar por él y todo lo que hacía me gustaba. Adoré su manera de contar las historias.
The Fisher King… Insuperable
La gente, cree que depresión es cualquier cosa… Eso no es sólo sentirse mal. Quien nunca ha estado verdaderamente deprimido no se imagina lo que es eso. Es una enfermedad, que te afecta todo. El cuerpo, la mente, todo lo que eres queda en esa sombra. Hay muchos clichés con la depresión que hacen que la gente no entienda en real medida que tan serio es cuando alguien está verdaderamente pasando por procesos depresivos. Me dolió esta pérdida como si lo conociera, que lastima irse así después de sembrar tanto. Hay una película, What dreams may come, que de verdad… Mejor lo dejo ahí. Que pena Robin… Te fuiste así. Y tantas veces que en tus papeles vinos personajes que vencían las sombras de la tristeza y la amargura, tantos valor para ir a donde nadie había ido y vencer, que dolor y que pena Robin haberte perdido, tu estabas ya perdido en ese pantano sin fin aparente, ese denso dolor te nublo tu “visión” y no veías todo lo que tenias, no veías ni a Zelda, ni siquiera tu amor por tu hija Te pudo salvar de perder esta batalla. Toda esa tristeza de la cual verdaderamente solo sabias tu te oscureció todos los caminos, menos 1. El que dicen las películas y los que han ido que al final tiene una luz. Adiós NanoNano. Ojalá estuvieras ahora en el
Yo no crecí con Mork como tú, pero sí adoré a Robin Williams desde que ví What dreams may come, y cómo aprendí que hay un balance en las cosas de la vida, que todo lo bueno tiene su contraparte y viceversa; el mejor ejemplo de eso ha sido su muerte.
Ver a Robin Williams te hacía querer acercártele con respeto, admirar su talento y al mismo tiempo pellizcarle un buche porque era una fábrica de risas y ternura.
Esta es sólo otra situación incómoda y triste para que aprendamos a disfrutar lo/a quienes tenemos en este instante, y no dejar pasar ninguna oportunidad de demostrar cariño a quien nos lo merece.
¡Excelente escrito!
Cynthia no pudo haber expresado mejor mi opinión… Para mi la pelicula que me mató fue What a dream may come….
Hemos perdido un grande