Hoy es un día ordinario con la extraordinaria misión de ser diferente para nosotros. Amaneció como amanece cada día, el mar agitando las rocas tal como viene haciéndolo hace millones de años. No hay realmente nada de especial en el día de hoy ni para el planeta ni para ninguna de las criaturas que en él habitan, excepto para nosotros los humanos. ¿Por qué “hacemos” que hoy sea especial? Quizás porque queremos creer que es el inicio de algo, porque necesitamos que las cosas comiencen para tomarlas en serio, o simplemente porque un calendario nuevo empieza a correr y nosotros nos obligamos a correr con él.
Al final, solo a nosotros nos importa la fecha de hoy. Y vale para eso mismo, para que la hagamos valer, pues como dije, al planeta y a todas las criaturas que tenemos alrededor le vale un pepino que hoy sea 1ro de enero.
Lo que me lleva a preguntar… ¿Y mañana? ¿Cuántos de nosotros bajaremos al Malecón a ver el sol del 2 de enero? ¿Qué cantidad de lentejuelas y “pintas caras” acudirá al mar para alegrarse de ver el sol emerger en el horizonte? ¿Por qué no mandamos al carajo el calendario y abrazamos cada mañana como si fuera 1ro de enero? ¿Con la misma disposición? ¿Con el entusiasmo en “high”? ¿Con esas ganas científicamente irracionales de ser mejores solo porque empezó un año?
Amanece el 2014 en esta Tierra que está cansada de girar como cantaba Danny Rivera. ¿Qué falta para que la adrenalina nos dure más allá de hoy? No lo sé. También a mí me abruman los días y al poco tiempo estoy, junto a ustedes, remando sin remedio a través de los días esperando el fin de semana y la llegada de otra quincena para darme un “break” y poner una foto en Instagram con mi salidita y odiando los lunes y la olla. Todos pecamos del mismo desdén, y no tiene que ver con la fe ni con las convicciones. Se me antoja pensar que la culpa es nuestra por pensar que hoy es un día especial. Grítenle al mar que hoy empezó un año y verán que les responde lo mismo que ayer, lo mismo que mañana. Díganle al viento que hoy empieza enero y me cuentan si les dice algo distinto a lo que sopla todos los días.
Hoy es un día especial porque lo decidimos nosotros. ¿No deberíamos hacer lo mismo mañana?
Mientras tanto, el Malecón nos recibe y nos creemos el cuento. Lo que nos falta, sin quizás, es amanecer cada día con estas mismas ganas de ser mejores, y serlo. Y creernos el cuento cada vez. Total, somos buenos creyendo cuentos.
Quizás el único propósito que deberíamos tener es amanecer todos los días creyendo ciegamente que es 1ro de enero en el ánimo y la disposición. Y echar p’alante con las mismas ganas, carajo. Así, el 2014 realmente será distinto.
Shall we?
Darìo como siempre excelente limonada, con tu permiso la comparto. Bendiciones muchas para ti y tu hermosa familia
Siempre a la orden, Elen! 😀
¡Hola Darío! De acuerdo con tu limonada, y te comparto un enlace que lo resume todo, desde la perspectiva de la alharaca que se hace en el último día del año http://www.businessinsider.com/nyt-anti-new-years-letter-2013-12
muy buen tema..
El día especial no lo decidimos nosotros, sino el planeta que completa una vuelta alrededor del sol.