La gran piñata

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Hace 41 años largué mi primer grito en el Centro Médico UCE. Desde entonces, exceptuando unas pocas semanas a lo largo de mi vida en las que he estado de vacaciones, yo he vivido en este país. Lamento tener que admitirlo. Nunca estudié fuera como suelen hacer los hijos de padres pudientes. Nunca viví fuera con una tía. Nunca he pasado más de tres semanas lejos de esta tierra. Soy Dominicano, y me da pena serlo. No por mi país, porque lo amo, sino porque mi país no me merece. Y no hablo de la tierra, ni las playas, ni los paisajes que encantan a todos los que nos visitan. Quienes no me merecen son Yuleidy y Tulio. Leonel no me merece, ni tampoco Miguel Vargas. Ni Julio César Valentín. Ni Reynaldo Pared Pérez. Ni me mereció Joaquín Balaguer, ni José Francisco Peña Gómez, ni Juan Bosch.

Ni me merece la clase empresarial, la que sólo sabe jalar para su lado. No me merece la Shell ni la Texaco. No me merece La Sirena y tampoco Plaza Lama. No me merece Orange con su servicio de crápula, y mucho menos me merece Codetel con sus abusos degradantes. Aster y Telecable tampoco se merecen mi dinero ni mi lealtad. Ni tampoco el Banco Popular, ni el Banco León, ni el BHD. Y ni hablar de Edesur, que jamás se ha merecido ni la más mínima onza de respeto. En esta pocilga que llamamos “país” nadie merece a Darío Martínez Batlle, porque nadie me da el servicio que yo merezco.

Mi país es una piñata. Una gran piñata a la que no estoy invitado. Ni tú tampoco a menos que seas uno de los que no me merecen. Pero si eres un jodido como yo, tampoco te invitaron a la piñata. Si eres empleado de alguna empresa donde se evade impuestos (lo sepas o no) y donde la filosofía es dar el servicio mínimo al costo mínimo, lo siento pana, pero no eres bienvenido a la piñata. Quizás tengas meses o años desempleado, separado del “tren laboral”, y buscándotela como sea con clientes que no te merecen tampoco, pues loco, tampoco tienes derecho a participar en la piñata.

La Piñata que es la República Dominicana cuelga de un cordel y abajo se agolpan todos los hijos de su mardita madre que de cualquier forma deshonesta, urdiendo las más aberrantes truchimanerías, se quieren rifar mi país. Tu país. El que alguna vez nos hicieron creer que era Quisqueya, la mal llamada “indómita y brava”. ¡Qué mentira!

Este país está gobernado por una cantidad insospechada de estiércol (“mierda”, por si te encuentras dominguera la palabra). Un “presidente” sin pantalones que vive montado en un jodido avión que nunca se cae o explota con toda la comitiva de “notables” lambones que suele acompañarlo. Un “vicepresidente” que es un adorno más feo e inútil que un muñeco “sacabimbín” de los que venden en el Mercado Modelo. Un “congreso” que no encuentro manera de describir que no sea pensando en la peor de las mafias del mundo, donde se amarran tratos hediondos y asquerosos para rifarse las áreas protegidas, para aprobar artículos anacrónicos contra los derechos de la mujer, para quitarme los ríos y las playas y entregárselos a los hoteles, que se sirven con la cuchara grande cada vez que quieren un aumento de salario (por un trabajo que no les cuesta gran cosa ya que algunos tienen años que no van a “trabajar”), que meten en la nómina a todos sus familiares con una desfachatez que raya en el desafío, que se aprueban a sí mismos exoneraciones de vehículos para venderlas y financiar sus campañas.

¡Qué malditos! ¿Por qué no explota el jodido congreso un 16 de agosto cuando estén juntos todos y de ñapa los que manejan el poder ejecutivo?

¡Indómita y brava! ¡Qué risa! Este país está lleno de pendejos, de mariquitas que ante cada abuso sólo saben bajarse los pantalones para recibir la acometida (en frío) del gobierno que nos lo mete frío una y otra vez y nosotros ni gusto podemos coger.

¡Indómita de qué, coño! Estos malditos legisladores han hecho lo que les ha dado su gana para robarse el país con sus proyectos, con sus “ONG” fantasmas, con sus nóminas abultadas, con sus proyectos de ley absurdos… y todo eso con mi dinero, ¡maldita sea!

¡Brava con qué, carajo! Estamos jartos de ver a este grupo de sinvergüenzas rifándose el país, dándole a la piñata cada vez más golpes, más batazos, más pescozones, más abusos de todo tipo, y aquí no pasa nada… ellos tan campantes, tan felices…

Y lo lindo es que juran que están trabajando, que de verdad se creen que son necesarios, que son “soldados de la democracia”, cuando solamente son SANGUIJUELAS chupándonos la sangre (antes a sorbitos, hoy a puros borbotones, porque son insaciables).

Hay un plan, esto es un plan maestro. Los gobernantes (en contubernio con los empresarios, los sindicalistas y todo el que chupa de la teta) se juntan en el restaurante más caro del país y dicen “nos está yendo bien, pero hagamos esto para ganarnos 10 millones de dólares cada uno”. Y lo hacen, y como no nos quejamos, la siguiente vez dicen “Bueno, les hicimos aquello y nos salimos con nuestros 10 millones de dólares… ahora hagamos esto otro y en vez de diez, ganémosnos 25 millones de dólares cada uno”. Y así seguirán, abusando, presionando, haciendo irrespirable el país, desintegrando la piñata y robándose todos los dulces que en ella había.

Lo peor de todo esto, es que me duelen estas cosas. Me siento parte del sistema, y aunque no estoy invitado a la piñata, la contemplo de lejos (quizás con envidia), mientras ruego que alguien me lance al menos un caramelo pisoteado para yo poder embullarme un ratito. Estoy involucrado, porque soy Dominicano, porque este es mi país, y estos son los gobernantes que me tocan.

Por eso me alegro cuando cualquiera me dice “me voy de aquí”. Todos sabemos que la vida del extranjero es una jodienda en casi cualquier lugar del mundo. Y a muchos de los que se van les ataca la nostalgia y comienzan a suspirar por un mangú con salami, por una cerveza Presidente, por un moro de guandules… por estar en la playa, por jugar dominó con los panas que quedaron acá, por dar una vuelta en la Zona… Sí, porque la tierra nos llama, nos duele… pero mientras la gobiernen los mojones que nos gobiernan hoy día (y desde siempre, y por siempre, lamentablemente), lo siento mucho pero la tierra dominicana no nos merece. Al menos, a mí no me merece.

Quisiera vivir el resto de mi vida siendo extranjero, en cualquier otra parte donde las noticias de corrupción me duelan menos, donde no me sienta identificado con el congreso, donde no me importe mucho que tal empresa no paga los impuestos que yo sí pago. Quisiera poder huir de la fiesta, olvidarme de los dulces y la piñata, caminar y quizás formar parte de algún otro país donde no se hagan las asquerosidades que aquí son pan diario.

Si ese país existiera, quisiera vivir en él… aunque quizás seré yo entonces quien no merecerá un país así.

Este país es una piñata, y yo no estoy invitado.

11 Comments La gran piñata

  1. Angela Guichardo

    Darío… No podría estar mas de acuerdo contigo.

    Ojalá tuviera un primo en nueva yol pa que me pida.

    Ah..y la idea del congreso y que explote, eso es algo que había pensado hace mucho tambien.
    .-= Angela Guichardo´s last blog ..Calentaron la Brahma… =-.

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  2. Giselle

    El pipo! Ni que artículo!!
    Estallaste por todos los que callamos!

    Lamentablemente debo decirte que no estoy de acuerdo contigo en cuanto a las letras del himno. Eso fue un ideal y aunque no lo sigamos, no deja de ser el ideal de aquellos. Hoy no lo honramos pero no es justo tomar sus palabras y pisotearlas por el abuso que hoy cometen éstos.. bueno, por lo menos eso pienso yo.

    Ciao…

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  3. Darío

    @Alex: Yo la verdad no tengo esperanzas de mejoría, pero entiendo que realmente tenemos que tomar más acción. Somos demasiado pendejos, demasiado pasivos. Si la cosa sigue así “por los siglos de los siglos”, no podremos culpar a los políticos, sino a nosotros mismos, por pendejos.

    @Ángela: Yo sé que suenas a terrorismo y todo eso, pero la verdad es que estos gobernantes que hemos tenido los últimos n años, cada uno ha dado muestras de ser insaciables… Más que avanzar, retrocedemos!

    @Giselle: Cito al Himno, que es sin quizás la composición patria más hermosa que he conocido, no en ánimo de desmeritarla o contradecirla. No es que Emilio Prud’Homme estuviera errado al llamar a Quisqueya “la indómita y brava”, porque en su contexto sí lo fuimos. Esos años primeros de nuestra Soberanía, a pesar de las precariedades, esos sí valieron la pena! Pero hoy día, dime, habría Emilio Prud’Homme escrito el Himno Nacional con esas letras? No, lo dudo mucho. Hoy de indómitos y bravos no tenemos ni mierda.

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  4. Mota

    Bien por ti, la realidad es que somos un país que damos asco. Fallido, en franco retroceso, prostituído, pateado y ultrajado, sin dignidad, sin frontera, haitianizado a la carrera. ¿Indómita y brava de que? ¿alcemos la frente para qué? ¿intrépido y fuerte de qué?

    Nos gastamos un himno que no nos merece.

    Gracias por el post, con el cual nos estrujas en la cara nuestra diaria realidad.

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  5. Nikkei-Girl

    Y es que mientras más personas sigan botando el voto, no hay por donde Darío. Los políticos que tenemos no sirven, pero menos sirven los que le hacen caso y los colocan en ese puestico cada cuatro años.
    .-= Nikkei-Girl´s last blog ..1 mes y contando =-.

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  6. Patricia

    Wow Dario, plasmaste mis sentimientos en este artículo lo que sentía y siento yo de mi país, se me aguaron los ojos de verdad que si, yo tengo 5 años en Canada y nunca me he arrepentido de mi decisión. Porque tuve que pasar y aguantar tantas vainas alla, ver que mis padres trabajando decentemente toda su vida, no consiguieron mas que ser llamados pendejos y pariguayos.
    Sigue escribiendo asi. Pero de verdad que impotencia.

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  7. Lena

    Todo eso va a cambiar.. Involucrense.. unanse a grupos que esten encaminados al bien comun (esencia real de la politica) & vamos a ver todos como este país se convierte en lo que queremos pero somos Nosotros los que, con las herramientas que tenemos (preparación e intelecto), TOMAR ACCION!! Bendiciones!

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  8. Lena

    Todo eso va a cambiar.. Involucrense.. unanse a grupos que esten encaminados al bien comun (esencia real de la politica) & vamos a ver todos como este país se convierte en lo que queremos pero somos Nosotros los que, con las herramientas que tenemos (preparación e intelecto), TOMAR ACCION!! Es nuestro país.. ES MI PAIS. Alegría debe de darnos el que se queda a luchar por él.. no el que se va! con eso no se resuelve nada, más hariamos si nosotros que nos preocupamos & que nos duele volvieramos nuestras palabras hechos sin excusas ni peros porque soy una de las que cree y confia en que todo el posible si uno de verdad se pone pa lo suyo & con Dios delante, a ambos lados & detrás por supuesto ! Muchas Bendiciones! Arriba Dominicana!

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  9. Luis Manuel Then

    Está de más que te diga lo identificado y triste que estoy con tus planteamientos, lástima que en ese tiempo aún no te conocía ni a tu blog, lo hubiera comentado y compartido por doquier…

    Como te dije en mi post en el que me desahogo también, es lamentable que uno tenga que escribir nuestros desahogos en nuestros espacios porque no tenemos como resolver o como tomar acción para evitar todas estas asquerosidades.

    Que lastima que mi país esté así en descontrol y podrido.

    Un abrazo y éxito, esperemos algún día pase algo que esto cambie.

    Aquí te dejo mi post para compartirlo y guardarlo aquí para la historia.

    Aqui no hay nada que buscar – http://www.bit.ly/nadaquebuscarRD

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