Tributo a Michael Jackson

Michael Jackson Tribute '09

Michael Jackson Tribute '09

El pasado viernes tuve la inesperada oportunidad de asistir al Tributo a Michael Jackson que se realizó en el Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua. Quedé simplemente impresionado con el montaje y la puesta en escena del espectáculo. Nunca me he considerado un gran fanático de Jackson, pero ¿quién no quisiera ver sus éxitos y los reflejos de su inconfundible estilo al menos una vez en la vida? No me pude resistir y gracias a la gestión de Anny Reyes, me di mi tributico pérez.

La convocatoria era para las 9pm. O sea, para las 10:30 de la noche, pues los Dominicanos no vamos a aprender nunca a ser puntuales. Ni modo, Carpe Diem. A las 9 rayando el Teatro La Fiesta no estaba ni por la mitad de ocupación. En las pantallas gigantes pasaban el sinfín de los patrocinadores, lo cual me pareció un enorme desperdicio de recursos. Aquella monótona y aburrida sucesión de logotipos corrió como mil veces sin variación. ¿Por qué no calentar con los vídeos de Michael Jackson, como forma de entretener y ambientar a los que llegamos puntuales? No lo sé.

Cuando se jartaron de hacernos esperar, empezó el espectáculo con un breve collage fotográfico de la vida del llamado Rey del Pop… y luego un molestoso silencio de más de cinco minutos hasta que por fin los bailarines empezaron a dar señales de que serían de lo mejor de la noche, con muchas buenas piruetas coreográficas muy a-la-Jackson. Emergió de las sombras Héctor Aníbal con una muy buena interpretación de Black or White. Héctor asumió con mucha energía su papel de opener, y me gustó la respuesta del público, que al principio estuvo tímida pero que terminó estallando en aplausos.

Luego apareció Carolina Rivas con la música de Don’t Stop Til You Get Enough… y llegó mi primera sorpresa negativa. Conozco a Carolina hace años y me consta su talento y su responsabilidad, pero sinceramente ¿qué diablos le pasó? Lució perdida y afónica. No exageraría si dijera que los coristas, la banda y los bailarines hicieron todo el trabajo, al punto que la Rivas se retiró del escenario cuando aún quedaba un buen segmento de la canción (instrumental, impecablemente interpretado por la banda y bailado por los chicos). Quizás era “apota”, pero a mí me pareció inadecuado.

Luis Armando Rivera tomó la pista y sencillamente asombró a todos, incluyéndome a mí que desconocía a este talentoso joven. Interpretó Human Nature, y lo hizo de excelente y respetuosa manera. Verdaderamente me impresionó mucho con esa sola canción, pero no sería la única.

Regresó Héctor Aníbal de nuevo con energía para traer a Smooth Criminal, con una muy buena participación coreográfica que incluyó el “gravity effect”, aunque sin usar el aditamento que usó Jackson en el vídeo. Ya para esta altura del espectáculo, yo tenía claro algo: La banda y el cuerpo coreográfico se estaban ganando sus chelitos muy bien!

Robmariel Olea, a quien no esperaba en el espectáculo, hizo su aparición en un alucinante vestido blanco para interpretar You Are Not Alone y realmente quedé muy gratamente tocado por la sencillez de su voz.

Carolina Rivas asumió el escenario por segunda vez con Dirty Diana, y lamentablemente volvió a decepcionarme. Hasta inició a destiempo la segunda parte de la canción, luciendo definitivamente perdida. Estoy seguro de que Carolina tiene que haber estado pasando por un momento muy desagradable a esa altura de su participación, pero la verdad es que demostró no dominar las canciones que tenía asignadas. ¿Miedo escénico? Poco probable en una veterana como ella. ¿Falta de ensayos? Plausible. ¿Se notó mucho? Demasiado.

Tocó el turno nuevamente a Luis Armando Rivera, quien para su segunda interpretación nos trajo Remember The Time, y nuevamente acaparó vítores de todos los presentes. No conozco la trayectoria de este muchacho, pero verdaderamente me ha lucido un excelente intérprete, con un tremendo dominio escénico y con una muy melódica voz.

Los más veteranos de la noche, Frank Ceara y Audrey Campos, hicieron acto de presencia cantando Todo mi Amor eres tú, la única canción que Michael Jackson grabó en español, un crossover de I Just Can’t Stop Loving You. Ceara y Campos, desde siempre, han sido los “sweethearts dominicanos” y la canción con que debutaron en la noche no podía ser mejor.

Una niña tomó las tablas y con un poco de timidez nos cantó Ben, una de las canciones más dulces que Jackson interpretara (y que fuera su primer #1 como solista). No tengo el nombre de la niña, pero alguien me comentó que participó en el recital Les Misèrables que se presentó hace unos meses en nuestro país. Si alguien sabe su nombre, agradeceré que me lo haga saber para incluirlo acá y darle seguimiento a la precoz cantante.

Audrey Campos regresó Bad y se metió la audiencia en el bolsillo. Sencillamente, una de las mejores interpretaciones de la noche, con una impecable coreografía y una tremenda histrionicidad de Audrey. Hasta ese momento, creo que logró los más acalorados aplausos de la noche.

A seguidas presenciamos un duelo entre dos hombres que peleaban por una mujer, cuando Héctor Aníbal y Frank Ceara se disputaron el amor de la chica interpretando The Girl is Mine. Muy buena empatía de ambos, y con una excelente sincronía.

Carolina Rivas regresó acompañada de Luis Armando Rivera y juntos cantaron I’ll be There. Rivera mantuvo su nivel y Carolina lo hizo estupendamente bien. Me alivió bastante verla metida en la canción y luciendo como debe lucir.

Al parecer, el papel de Héctor Aníbal era el de meterle pilas al espectáculo, y desde que sonaron las notas iniciales de Billie Jean yo adiviné que sería él quien la interpretaría, y así fue. Sin dudas, una de las melodías emblemáticas de los míticos años ’80, y con una impresionante coreografía de Héctor y los bailarines. Los aplausos no se hicieron esperar.

Audrey Campos inició cantando Beat It por un tiempo sola hasta que se hizo un intermedio musical y los bailarines entraron por los dos extremos del escenario para protagonizar uno de los momentos más perfectos de la noche, cuando hicieron una mímica muy fiel de la famosa pelea del vídeo. En el momento en que los líderes de las bandas están peleando, entró Frank Ceara para separarlos y completar la parte coreográfica más chévere de la noche. En mi opinión, esta fue la mejor de todas las coreografías.

Audrey continuó el espectáculo con The Way You Make Me Feel, contando con mucha complicidad del público y con mucha energía en sí misma. ¿Por qué será que estamos casi condenados a ver a Audrey apenas en unos pocos espectáculos?

Luis Armando Rivera tomó las riendas con una espectacular interpretación de Man In The Mirror (la que es una de mis canciones favoritas de Jackson). El trabajo de Rivera en esta canción fue impecable, impresionante, pura adrenalina e impecable su coreografía. El muchacho es un talento, sin duda alguna.

El cierre de las interpretaciones solistas estaría a cargo de… ¡Carolina Rivas! ¿Y cuál otra podría ser la canción cúspide de la noche para un solista, si no la mítica Thriller? La canción que prácticamente creó la industria del videoclip, la que se convirtió en una universidad para todo el que quisiera incursionar en este mundo. Y, por primera vez, pude ver a la Carolina Rivas que yo conozco, la potente, la dinámica, la dominadora, la todoterreno. Carolina verdaderamente se reivindicó plenamente con su participación final. Y aunque la coreografía era predecible (los “zombies” salieron de entre la audiencia), verdaderamente se la comieron con su vestuario y con lo bien logrados que quedaron los movimientos.

El cierre del Tributo, por supuesto, incluyó el desfile de todos los cantores, interpretando el mix de We Are The World/Heal the World, aunque aquí se interpretó primero Heal the World y luego We Are the World (con la entrada perfecta de la niña mencionada anteriormente iniciando la parte de “We are the World, we are the Children”).

No puedo concluir esta reseña cronológica sin mencionar de forma específica dos de los puntos clave del éxito del espectáculo. Sabemos que el talento vocal está, existe, no iba a fallar. Sin embargo, humildemente me quito el sombrero ante la banda musical, de quienes no pude captar todos los nombres, pero estaba liderada por la maestría de Luichy Guzmán en la guitarra eléctrica. Otros integrantes fueron David Vásquez en el bajo, Jose Alejandro Bordas en los teclados, Luimi Quezada en la batería, Sammy Javier en el saxo, otro tremendo en los demás metales.

A eso añadirle la fabulosa participación de los coristas que apoyaron muy bien las interpretaciones; y, claro está, el trabajo impecable del cuerpo coreográfico.

El espectáculo sobrepasó por mucho las expectativas que había albergado, satisfizo plenamente a todos los presentes, y aunque no estuvo exento de uno que otro bache, no podrá borrarse de mi memoria con facilidad. Fue un espectáculo que, humildemente, creo que el propio Michael habría disfrutado mucho.

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