Nuria, Segura, Marranzini, Leonel y los PPF

La CDEEEeeeeeeeeeeeeee

La CDEEEeeeeeeeeeeeeee

Cuando la Rubia reveló las indelicadezas de Segura, muchos estuvimos seguros de que había chocado contra un iceberg imposible de desgranar. Y es que Segura es un cacique dentro del PLD, uno de los apóstoles del Evangelio según Leonel, algo así como un moderno Gandalf en The Fellowship of the Ring, pero con motivos tremendamente más macabros y lúgubres. Y a pesar de la contundencia que caracteriza las declaraciones de Nuria, es tan elevado el nivel de lambochopismo de muchos pseudoperiodistas, comentaristas y pelafustanes que vomitan en prensa y radio sus vacuencias, que les alcanzó para echarse lodo encima en favor de defender lo indefendible.

En su intachable pagoda en el Olimpo (de la cual baja a parir promesas de vez en cuando), Leonel decidió el domingo sacrificar a su leal peón para evitar que la gleba y la plebe continuara jodiendo la paciencia. Y con esperanza de que Nuria se calle un rato y Alicia no se le ocurra decir más tampoco. Así, Segura perdió su segura finca personal que a veces conocemos como CDEEE.

Pero Leonel es tan benévolo que quiso vestirse de Salomón y le concedió al despechado un “carguito” como Asesor Energético del Poder Ejecutivo. ¡Santa justicia! No lo dejó sin funciones, para que pudiera ser investigado con más libertad, sino que le dio una botellita que no le caería mal, y para colmo de detalles, en su propia área, la energía… ¡Y así se atreven a decir que Leonel no es detallista! Pena que Segura haya dado muestras de ser ingrato, calificando su nueva botella de “ofensa personal”.

El sustituto del ofendido es Celso Marranzini. Es un empresario probado. Tiene dinero que no conoce, y una reputación de duro y recto. A mí no me da ni frío ni calor. Hace tiempo que dejé de tener esperanzas de que el problema energético de nuestro país tiene solución. Es decir, claro que tiene solución, pero todo el que lo ponen a enfrentarlo carece de los cojones suficientes para vencerlo. Porque la electricidad, o más bien, la falta de ella, es un pingüe negocio para muchos en el país.

Pero bueno, al menos le daré el beneficio de la duda, y esperaré mejorías. En verdad parecería que empezó con mal pie, pues esta ha sido una de las peores semanas a nivel de continuidad del servicio eléctrico en mi ubicación… pero ni modo, me obligo a esperar.

Hasta ahora, las palabras de Marranzini me gustan. Es cierto que le noto el mismo poco creíble tono bravucón con el que nadie ha resuelto nada en la CDEEE. “Aquí todo el mundo va a tener que pagar la luz”, exclamó. Y en un segundo, ¡Marranzini ya es mucho peor que Segura!

Los PPF (Pobres Padres de Familia) están con el grito al cielo ante la amenaza del nuevo incumbente. Ellos, igual que nosotros, quieren que haya energía todo el día. Que las neveras congelen, que no se dañen los productos por falta de refrigeración. Por supuesto que ellos no quieren apagones… pero tampoco quieren pagar por el servicio.

“Dame Lú, Segura” ahora es “Marranzini, dame Lú”… pero en letras diminutas dijo el chusco de siempre “sólo te pido que no me la vayas a querer cobrar, ¿oíste?”.

Y aquí estamos, en el lugar de siempre, en la misma ciudad y con la misma gente… otro episodio más de la tragicomedia que no se termina, de la que estamos jartos con j de jodidos, y la que (tristemente) todos sabemos que no tendrá final feliz.

Deja un limón acá